Preocupantes son las cifras conocidas respecto de los contagios y las víctimas fatales por covid-19 en nuestra región. De acuerdo a informaciones entregadas en los reportes del Ministerio de Salud, Los Ríos tiene la mayor cantidad de personas enfermas por cada 100 mil habitantes: llega a 73,3; mientras que la tasa de incidencia nacional es de 44 por cada 100 mil. Además, en lo que va del presente año, se han registrado treinta fallecimientos asociados a esta causa.

Los índices preocupan, porque siguen creciendo, mientras la atención pública se encuentra concentrada en otros temas, lo cual genera una especie de "olvido social" a un problema que todavía no ha terminado. De hecho recién el 31 de marzo será revisada la medida de emergencia sanitaria que todavía rige en el país y que ha sido renovada varias veces desde marzo de 2020.

Esta desatención genera también una falsa seguridad. Si bien ya no se usa mascarillas, también se ha olvidado el uso de alcohol gel y el lavado de manos frecuentes, que son medidas básicas para evitar contraer el virus. Y peor todavía: la vacunación va a la baja, aunque es necesario que la población reciba una "quinta dosis" (bivalente).

Aparentemente se ha reducido la valoración de esta medida y, por lo mismo, a nivel nacional se han planteado críticas respecto de las campañas de difusión estatales para ellas. Sobre estos cuestionamientos, la seremi de Salud de Los Ríos Cristina Ojeda señaló que no son fundados. "Nunca hemos dejado de hacer comunicación, nunca dejamos de informar a la comunidad, de llamarla para que acuda a sus centros de salud", dijo ayer en una entrevista con www.soyvaldivia.cl y recordó que ya está comenzando la campaña contra la influenza, por lo cual pidió no bajar los brazos y prevenir.

Es de esperar que ese mensaje sea comprendido, acatado y puesto en práctica por la comunidad. Es la única manera real de frenar el avance de las enfermedades, más cuando se acerca el invierno, aumenta la circulación de las infecciones respiratorias y hay una amenaza de gripe aviar muy cercana en el país.

La pandemia no ha terminado; las cifras deben hacernos reflexionar al respecto.

El 6 de marzo pasado, fue muy grato ver a niños y adolescentes volver a las aulas de clases sin más preocupación que de colocarles el mayor de los esfuerzos para sacar adelante su año académico. Si bien es cierto, que la normalidad había empezado el año pasado en estas mismas fechas, no podemos olvidar que en ese entonces la pandemia no había sufrido una retirada tan elocuente como ahora, y eso nos pone muy felices. Sin embargo, un poco más alejado de las clases telemáticas, hoy está presente en algunos colegios en Chile, y eso incluye a nuestra región la falta de adecuada infraestructura y equipamiento en los colegios de la educación pública.

La mejora de las condiciones físicas de las escuelas tiene una relación tan directa con el aprendizaje como la que tienen otros insumos educativos, incluyendo el ambiente familiar, la motivación, los buenos maestros, bibliotecas, las tecnologías o los servicios para los estudiantes.

El foco en la educación es muy relevante para dejar al azar las necesidades más básicas del estudiantado dentro de un recinto escolar que debiera estar equipado en las mejores condiciones para fortalecer el trabajo en el aula de clases. Actualmente, los colegios públicos de la región de Los Ríos, aún están en manos de los municipios, y por lo mismo, son ellos los encargados de asumir el liderazgo y la conducción de los establecimientos educacionales.

Por otro lado, debemos tener conciencia que nos encontramos geográficamente entre los 39° y 40 ° grados de latitud sur, donde las lluvias y las bajas temperaturas se manifiesta hostilmente durante los meses de invierno, produciendo efectos que van desde la desconcentración, desánimo, estrés, y enfermedades respiratorias. En ese sentido, no está de más recordar que la ley chilena dice que los establecimientos educacionales deben cumplir con una serie de exigencias mínimas que permitan que la labor educativa se desenvuelva en un marco físico adecuado.

Al respecto, en materia legislativa hemos avanzado en la norma para darle seguridad y al mismo tiempo tranquilidad a las familias y apoderados para obligar bajo el imperio de la ley cumplir con los objetivos relacionados con mejorar la educación, en un mundo cada vez más exigente que ha traído cambios en el desarrollo de las clases en el aula, incorporando tecnología y nuevas herramientas pedagógicas destinadas a ampliar los aprendizajes y mejorar las habilidades de los estudiantes para interactuar bajo las exigencias de un mundo más globalizado.

Gastón von Mühlenbrock