Carabineros y 40 Horas
No hay discusión en el campo de los recursos humanos en que el hombre y la mujer necesitan tiempo para vivir y compartir con la familia. El trabajo es un medio, no un fin.
La historia mundial de las jornadas laborales ha sufrido profundos cambios, pues el horizonte del pleno bienestar así lo requiere. El descanso, el asueto, marcan la felicidad de las personas.
Reducir parcialmente la jornada laboral desde 45 a 40 horas en el área privada, también debiera extenderse a rebajar las 44 horas del sector público, con el propósito de igualar derechos sociales.
En ese contexto, una mirada de justicia social del siglo XXI debiera considerar que los hombres y mujeres Carabineros, también tienen derecho a una regulación especial de su jornada laboral que, de por sí es altamente riesgosa. Lo hacen sin distinción alguna en horarios diurnos y nocturnos; sábados, domingos y festivos sin excepción.
Los Carabineros no tienen derecho a compensación para su descanso ni pago de horas extraordinarias por el tiempo servido en exceso. Ellos, desde la perspectiva del trabajo continuo, se desempeñan laboralmente en terreno, los 365 días del año, con la salvedad del feriado legal.
Esta grave inequidad requiere necesariamente una mirada empática de la clase política, quienes mediante su representación en el Poder Ejecutivo y Legislativo tienen la responsabilidad de generar proyectos de ley que tiendan a regular esta discriminación que atenta a los derechos humanos de hombres y mujeres Carabineros.
Hero Negrón Schlotterbach General (r) de Carabineros Ing. Administración de Empresas Mg. Gestión de Recursos Humanos
Campamento Las Mulatas
Quiero manifestar mi preocupación por el daño medioambiental que amenaza el sector de Las Mulatas. El Serviu y la municipalidad pretenden "trasladar" al campamento del Puerto Las Mulatas.
En el sector algunos residentes tiene pozos de agua para beber, debido al sistema paupérrimo de agua que no da ni para APR; el terreno donde se quiere trasladar en invierno es una laguna y además colinda con un humedal. Al trasladar un campamento con más de 120 familias sin sistema de alcantarillado se verán afectados la biodiversidad, ecosistemas y napas subterráneas.
Esperamos que la Alcaldesa y Serviu reflexionen y encuentren un lugar idóneo que dé la solución habitacional definitiva prometida por el presidente Boric al campamento y así evitar un daño medio ambiental.
Patricia González Carreño patygonzac@gmail.com
A la vera del hospital
El día 10 del presente, asistí al Hospital Regional de Valdivia, a un control médico programado y, con tristeza, nuevamente, observé a unas señoras de Quellón (Chiloé), Máfil, de Los Lagos y un matrimonio y su hija, de Panguipulli, respectivamente, sirviéndose una colación con algo caliente, sentados a la intemperie, en pétreos y frígidos asientos de cemento, en la entrada pavimentada del hospital, después de un ayuno y de las atenciones médicas.
Conversamos de la incomodidad. Más de alguien diría ¿ por qué no van al casino institucional? Todos(as) tenemos el derecho de elegir, de acuerdo a nuestras realidades u otras razones.
Con respecto a este tópico (que a muchos pacientes, especialmente a los de otras localidades nos aflige, con un frío otoño y pronto el invierno) el 28 de febrero escribí en este espacio solicitando que, a la entrada de ese importante hospital base, haya un lugar de cobijo, un lugar de espera o para beber una agua caliente, mientras llega el vehículo que los llevará a su lugares de origen.
Coincidentemente, en tiempos de Pandemia, por el Covid-19, instalaron una especie de toldo o refugio portátil, aceptable, con asientos mucho mejores. Pero un mal día (¿Por término de la Pandemia?) que no recuerdo, desapareció o retiraron nuestro salón de té o el "Cortijo", como le llamábamos algunos; nuevamente, quedamos a la intemperie, es casi como estar sentados en la cuneta. ¿Tendrá que llegar otra peste, para tener un techito?
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepúlveda@gmail.com
Invisibles
En Chile, hay 16.112 personas mayores de 60 años que experimentan múltiples dificultades, como problemas para caminar, concentrarse, vestirse y comunicarse, de acuerdo a datos entregados por CIPEM (UDD- Los Héroes).Dentro de ese total, hay 10.095 personas de 60 años o más que tienen todas estas dificultades y que no conocen a ninguna persona que les brinde apoyo. Este nivel de dependencia, pero sobre todo la falta de ayuda, coarta su inserción en la sociedad, aislándolos cada vez más.
Pareciera que tampoco hay un Estado que se preocupe de ellos. Si bien el Senama cuenta con el "Programa de apoyo a los adultos mayores con dependencia severa" esto pareciera no ser suficiente.
Entonces, ¿cuándo nos haremos cargo de las personas mayores con dependencia, que aislamos por falta de políticas públicas enfocadas a ellos? Son más de 10 mil personas mayores. Están, existen y nos necesitan.
Yamil Tala Mussa Investigador CIPEM, UDD