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personas adultas, los he puesto a prueba con niños y jóvenes y todo ha resultado de manera mucho más fácil. Es que los niños no cuestionan tanto el mundo como los adultos. Mi experiencia en Acciona ha estado orientada en cierta forma a recuperar el sentido del juego. Los niños y niñas te transmiten una energía que siempre es bueno recordar.
¿Qué lecciones le dejó la pandemia en relación a un tipo de trabajo que hasta principios de 2020 era presencial? ¿Cómo fue el reencuentro con sus estudiantes?
- Fue un tiempo muy duro para todos. Hubo que hacer las clases de otra forma. Hubo que aprender a ser más efectivos con lo que uno quería hacer. El regreso a la presencialidad fue igualmente duro. Muchos niños no tenían la vinculación corporal con el entorno y con sus compañeros porque simplemente no habían podido iniciar sus procesos formativos de manera normal. Muchos pasaron 1°, 2° y 3° Básico en sus casas y llegaron a clases presenciales sin saber cómo usar el cuerpo como herramienta de expresión. Lo mismo ocurrió con la voz.
Creación propia
Hasta antes de llegar a Valdivia, María Teresa Primus solamente había integrado elencos. En Valdivia debutó como directora de teatro. En 2020 fue una de las ganadoras del fondo Conarte de la Corporación Cultural Municipal de Valdivia y montó "Diwllin en vuelo" con la Compañía Biodiversa. Es una obra que promueve la conservación del Bombus dahlbomii o abejorro gigante. En ese momento y por culpa de la crisis sanitaria, las funciones fueron a través de redes sociales.
Y en 2023 está de regreso, a la cabeza de "Árboles Nevados", propuesta también ganadora del fondo Conarte en el área de Artes Escénicas y la única hecha en Valdivia el último tiempo con temática relacionada a los años de dictadura y violación sistemática de los derechos humanos en Chile.
La obra fue escrita por Fernanda La Luz, quien investigó por largo tiempo el rol de las mujeres en la represión. En medio de ese proceso se topó con el libro "Ingrid Olderock. La mujer de los perros", de Nancy Guzmán, que le sirvió para dimensionar el alto grado de brutalidad de ciertas acciones ocurridas bajo el régimen militar. La idea original fue haber estrenado para los 40 años del golpe de Estado, pero el texto fue guardado por una década. Hasta ahora.
María Teresa y Fernanda se conocieron por azar antes de la pandemia. Compartieron sus inquietudes creativas y el año pasado hablaron de la posibilidad de montar la obra que durante diez años había sido retocada. "No teníamos nada, no sabía con quién hacer la obra, pero le dije inmediatamente que sí. Hace un año leí el texto y me sorprendió la forma de escribir de Fernanda. Pensé que me iba a encontrar con un texto repleto de horrores, pero resultó ser que los horrores están ocultos, como siempre ha sido en la historia de Chile", dice.
"Árboles Nevados" trata sobre las mujeres agentes de la DINA, torturadoras del Cuartel Simón Bolivar de la comuna de La Reina, en 1977. Es una ficción basada en hechos reales.
¿Cuáles son los desafíos que ha enfrentado con la obra?
- Es difícil asumir el tema que toca, ya que no estamos haciendo la obra desde el punto de vista de las víctimas o desde el lugar de los 'buenos'. Estamos en la otra vereda. El desafío es reflejar ese lugar de la maldad, sin prejuiciar a los personajes que es una de las principales tareas de cada actor. Ponerse en el lugar de las torturadoras fue complejo. Un consejo al elenco fue siempre estudiar con mesura el tema. Es que es súper fácil entrar en una vorágine de ver horrores y en la locura de los personajes. La gran pregunta fue cómo entregar un mensaje desde la vereda contraria.
¿Los malos en la historia de Chile tras el golpe de Estado merecen ser protagonistas?
- La obra está basada en la filosofía de la escritora y teórica política alemana Hannah Arendt y en la expresión 'banalidad del mal' que acuñó. Nosotros queremos humanizar a los personajes, para poder hablar de ellos. Queremos sacarles el apelativo de monstruos y buscar las razones de por qué hicieron lo que hicieron. Entender a las torturadoras como humanas, nos permite entrar en sus cabezas.
¿Cómo eran las mujeres que inspiraron los personajes de "Árboles Nevados"?
-Fueron mujeres sacadas de sectores populares que necesitaban dinero y a quienes se les prometió ascender socialmente. Se les dijo que sus familias iban a tener un mejor futuro y que incluso iban a poder sacar carreras universitarias. Desde ese lugar, desde esas promesas con las cuales las integran a una división de represión, se comienza a analizar a los personajes. Estas mujeres no tenían una ideología política muy profunda. No le dieron muchas vueltas a la propuesta, accedieron fácilmente.
¿Hasta antes de conocer a Fernanda La Luz había sentido interés por llevar al teatro temas vinculados con el golpe de Estado?
-Siempre había tenido un poco de lejanía con el tema. Me parece un poco revictimizante el volver a recordar lo que pasó. Es como escarbar en una herida que no puede sanar. Por eso me llamó mucho la atención el texto de 'Árboles Nevados', porque no habla de las víctimas, habla desde un lugar en que se busca tratar de entender a esa otra parte. En ningún caso se trata de perdonar a estas personas que cometieron atrocidades.Simplemente apuntamos a entender qué pasó por sus cabezas.
¿Y personalmente cómo ha lidiado con la política y las fuerzas en choque del Chile de 1973 y los años posteriores?
- Estudié en la Universidad Arcis, que es comunista, entonces todo lo político ha estado presente en mi discurso de actriz en todo sentido. Está en todas las cosas que hago. Mi familia siempre ha estado vinculada a lo político. Incluso mi abuela Lidia Sánchez fue perseguida política por ser militante del Partido Socialista. En cierta forma con la obra y en el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, algunas cosas del pasado comienzan a aparecer.
Paso a paso
"Árboles Nevados" comenzó a tomar forma antes de acceder a financiamiento para su puesta en escena. María Teresa Primus se encargó de buscar a las actrices con la promesa de también buscar recursos.
Por recomendación de terceras personas logró articular un grupo con profesionales que hasta ese momento no conocía: Yasna Gómez, Paula Morales, Angie Müller, Ellie Rojo y Karen Vásquez. En marzo hubo un primer acercamiento al texto con investigación sobre lo corporal, las voces y el diseño sonoro hecho por Celeste Estrella.
Una vez adjudicado el Conarte se potenció el entusiasmo. En paralelo, el grupo se integró a una residencia artística en el Centro Cultural Bailarines de los Ríos, donde se trabajó en la investigación del diseño teatral de la obra junto a Valentina Kappes. La experiencia terminó en agosto pasado y actualmente se avanza en la adquisición de artículos para la escenografía.
El estreno está anunciado para el jueves 5 de octubre y de momento será en la Ex Fábrica de Barrios Bajos con entrada liberada. Durante septiembre habrá tres conversatorios: mañana en la Plaza de Niebla (15:30 horas, público general), el jueves 21 en el Colegio Aliwen (11:45 horas, estudiantes de enseñanza media) y el sábado 30 en la Casa de la Memoria y los Derechos Humanos (17:00 horas, público general).
¿Cuál es el propósito de estos encuentros?
- Tener una conversación guiada que nos lleve a la reflexión del texto, más que solamente hablar de los estético. Los conversatorios serán instancias para preparar la llegada de la obra, para que cuando sea el estreno las personas puedan ir a la función con una disposición diferente, tal vez con un punto de vista más filosófico. En el Colegio Aliwen la experiencia será más didáctica. Vamos a mostrar extractos de la obra, se hablará de la opresión y se dejará abierta la pregunta a los estudiantes de cómo ellos podrían resolver la obra, qué final le darían.
¿Por qué hay que ver "Árboles Nevados"?
- Porque vamos a encontrar lo que está escondido debajo de la alfombra. Vamos a mirar a través del cerrojo de la puerta las cosas que nunca se contaron, que nunca se vieron. Vamos a ver un trozo de la historia desde el lugar de las mujeres, que fue un espacio horrible, del que no se sabe mucho gracias a los cientos de pactos de silencio que tiene este país; y por la impunidad absoluta que aún existe de todas estas mujeres. Ninguna de ellas aún ha sido juzgada por las cosas que han hecho. 'Árboles Nevados' es una invitación a descubrir qué pasaba en los cuarteles.
"Ponerse en el lugar de las torturadoras fue complejo. Un consejo al elenco fue siempre estudiar con mesura el tema. Es que es súper fácil entrar en una vorágine de ver horrores y en la locura de los personajes".
"Me parece un poco revictimizante el volver a recordar lo que pasó. Es como escarbar en una herida que no puede sanar. Por eso me llamó mucho la atención el texto de 'Árboles Nevados', porque no habla de las víctimas, habla desde un lugar en que se busca tratar de entender a esa otra parte".
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