"Trabajamos para que residentes del Eleam tengan la dignidad que merecen"
SENSIBILIZACIÓN. Dirigenta sanjosina espera el apoyo de la comunidad para mejorar la calidad de vida de 20 personas mayores.
Heredera de una tradición familiar de acción y trabajo comunitario, Eva Tripailaf Manquelafquén (68 años) lidera al Club del Adulto Mayor "Fucha Kim" ("persona mayor sabia") de San José de la Mariquina. La institución nació en 2019, con el objetivo de apoyar el funcionamiento del Eleam (Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores) de San José de la Mariquina y los restantes dirigentes de la organización son el secretario Eliecer Higueras, la tesorera Luz Huechante y los directores Jorge Balmaceda y Nancy Valle.
Ellos están a cargo de buscar fórmulas y elaborar proyectos para financiar el funcionamiento del hogar y paralelamente, apoyar el autocuidado y mejorar la calidad de vida de los 20 residentes del hogar.
La historia del hogar de personas mayores se remite a octubre de 1999, cuando la Iglesia Católica promovió la realización de actividades de bien social, junto con la llegada del tercer Milenio. Entonces, Eva Tripailaf fue parte de un grupo que eligió trabajar con personas mayores.
"El actual Eleam se formó por iniciativa de un grupo de 15 amigos, que vimos la necesidad de apoyar a un hogar pequeño y que estaba en malas condiciones. Nos juntamos bajo el alero de la Iglesia Católica, pedimos ayuda y se formó la fundación Caritas Araucanía, perteneciente a la diócesis de Villarrica.
Empezamos a buscar cómo hacer de nuevo el Eleam y lo renovamos con ayuda de San José La Dehesa y la parroquia amiga Santa Cecilia de Alemania, que fueron quienes impulsaron el hogar", recuerda la dirigenta.
¿Qué significa para Ud. presidir un grupo que tiene como objetivo principal mantener un Eleam?
-Mucho, porque el grupo es como un salvavidas para allegar recursos al hogar, que es de muy escasos recursos y el único Eleam de San José que recibe gente vulnerable, solo con su pensión asistencial.
La mayoría tiene una pensión bajísima y se le da el mejor servicio, con mucha dignidad. Pero, los recursos son muy pocos.
¿Cómo se financian?
-Con proyectos, con subvenciones de la municipalidad y el Senama, más entidades privadas, todo a base de proyectos. Ahora estamos desarrollando una iniciativa de musicoterapia, que era una necesidad muy grande para ellos, porque después que pasó la pandemia necesitaban algo que los alegre y les cambie un poco la vida. Se trabaja para suplir sus necesidades, porque ellos son muy solos, muchos sin redes familiares, con pocas redes o que la familia derechamente los olvida.
¿Qué necesidades concretas tiene el hogar en este momento?
-Las necesidades del hogar son múltiples. Gracias a Dios, este año hemos sido favorecidos con varios proyectos que ayudan al financiamiento. Por ejemplo, uno para arreglar el prado, que era un sitio erizo y queremos habilitarlo para que paseen, se entretengan y que puedan venir otros mayores a pasar una tarde recreativa. Ya hicimos el cierre perimetral. Tenemos que seguir postulando a proyectos, buscar financiamiento por todos lados, porque cuesta mucho mantener el hogar. Tenemos un per cápita de 350 a 400 mil pesos y hay gente que usa pañales, además se nos exige personal. Hay un equipo de trabajo integrado por un técnico, terapeuta y un kinesiólogo. Entonces, mantener el hogar es toda una odisea y no nos queda más que seguir postulando a proyectos y seguir sensibilizando. La gente cree que aquí nos hay necesidades, que con 200 mil pesos que sacan y entregan es suficiente. Todo es poco. Solo entre luz y agua prácticamente llegamos a un millón de pesos en gastos mensuales.
¿Hay alguna empresa privada grande que apoye este trabajo?
-Solo a través de proyectos. Está la Fundación Careno, que nos apoya en el proyecto de cerrar, hacer el cerco y arreglar la casa, que tiene 23 años de uso y necesita reparaciones. Pero, los proyectos son acotados y cuando pasa el tiempo, uno se queda solo. Ojalá esta situación toque en el corazón de alguna empresa o empresario grande. Por ejemplo, gastamos mucho en leña, pero parece que para las empresas grandes los adultos mayores no son rentables. Hoy nos apoya más la gente particular, que ve las necesidades que tenemos.
En ese sentido, ¿cuál es su mensaje para la comunidad de Mariquina?
-Nuestro llamado a la comunidad de Mariquina y a las empresas es que nos apoyen en esta digna causa. Todos vamos hacia el mismo destino y cuando seamos mayores, nos gustaría tener un hogar digno.
"Las necesidades son múltiples. Mantener el hogar es una odisea y no queda más que seguir postulando a proyectos y seguir sensibilizando".
Eva Tripailaf M., Presidenta club "Fucha Kim"
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