"Mi sueño es volver, para completar todo lo que se necesita para seguir avanzando"
ELECCIONES. Es el único jefe comunal de Los Ríos que no postulará a un cargo de votación popular este año. Después de seis períodos, hace un balance.
Fue en 1992 cuando el profesor Gastón Pérez llegó a la Municipalidad de Corral como alcalde por Renovación Nacional. Cuatro años después fue reelegido y desde ese momento hasta ahora sus períodos en ese puesto se han sucedido casi consecutivamente.
Fue reelecto en el año 2000 y volvió a postular en 2004, aunque en esas elecciones fue derrotado por Miguel Hernández. Pero Gastón Pérez perseveró y en 2008 los corraleños volvieron a brindarle su voto para liderar la comuna. Fue reelegido en 2012 y nuevamente en 2016. Su intención era postular otra vez para el período 2021-2024, pero la reforma constitucional que limita la reelección -aprobada el año pasado- impidió que lo hiciera.
Y ese cambio es algo que hasta el día de hoy critica. "Creo que el parlamento, con un poco de falsa democracia, niega a un chileno seguir siendo líder. Siempre he creído y repetido que quien le quita el liderazgo a un hombre o una mujer en su pueblo o país es el voto popular. La gente es la que decide. Para todos los alcaldes que no pudimos repostular, se trató de una ley que pasó por sobre la democracia", dijo.
Ahora le quedan sus últimos meses de mandato, los que aprovechará para recordar todo lo vivido en el municipio desde 1992 hasta la fecha.
-¿Cómo recuerda a la comuna de Corral antes en 1992?
-Antes de 1992 recuerdo que no teníamos una cancha de fútbol y la que teníamos era una lija, tu entrabas a jugar y salías con todas las piernas heridas por las piedras y la arena. No tenía galería ni absolutamente nada. Nos bañábamos en un estero que corre por un costado de la cancha. No tenía calles pavimentadas, recuerdo solo unas seis y un camino muy paupérrimo que te llevaba al puerto chipero. Hasta San Carlos-La Aguada también era un barrial, el Morro Gonzalo otro barrial, los cerros de mi comuna más centrales y otros semi urbanos eran unas cuestas inaccesibles. El liceo se goteaba, el sector poblacional de La Aguada estaba abandonado y nadie quería vivir ahí, los sectores rurales dejados de lado. Una isla de Mancera que vivía gracias a los esfuerzos de la comunidad y una Isla del Rey que no tenía una escuela digna. Además de mucha gente cesante porque no había industrias. El puerto estaba llegando, pero no era lo que pensaba la gente. Todo eso me llevó a ser alcalde de una comuna que, después del terremoto del 60', muchos pensaron que solo estaba destinada a ser una caleta de pescadores. Pero ahora Corral es una alternativa de desarrollo potente para la región de Los Ríos, y por qué no, para el país. Es un puerto exportador de chip para varios países de Asia, una comuna exportadora de la mejor harina y aceite de pescado, de los mejores salmones que salen de la Granja Marina. Ahora es un pueblo pescador organizado. Todo eso partió en mi mente cuando el pueblo y Dios me hizo alcalde de Corral.
-¿Qué fue lo primero que impulsó durante su primer período?
-No me voy a olvidar nunca. Llegué a la alcaldía pensando en pequeño porque tenía un poco de miedo. Fui alcalde pensando en mi clase y la vida que llevé cuando guagua, niño, estudiante y adulto. Cuando mi casa no tenía vidrios o visitaba las de mis amigos, que no tenían piso. En mi primera visión de desarrollo pensé en mejorar la vida de las familias. Lo primero fue recuperar La Aguada, hacer propietarias a sobre 100 familias que vivieron después del terremoto cuidando esos suelos. Instauramos un programa de entrega de terrenos a los que siempre estuvieron viviendo ahí y hoy La Aguada es un lugar donde todos quieren vivir. La segunda tarea fue hacer algo pequeño, pero que tiene una historia, mejorar el mirador Miraflores de Corral Alto. Hoy está muy bonito, pero cuando yo tenía seis años tenía un cerco con malla de gallinero. Al jugar en la baranda me caí risco abajo y pude sujetarme solo gracias a las matas. Eso quedó en mi memoria, fue un muy pequeño proyecto que se transformó en un lugar de avistamiento del paisaje de Corral.
-¿Qué otros proyectos logrados en la zona han sido especiales para usted?
-Durante dos años fui director del liceo de Corral en la década de los '80, lo que me dio la oportunidad de proyectarlo en lo que es hoy. Cuando hice clases era un edificio muy paupérrimo, lleno de goteras, donde los estudiantes siempre tenían frío. Recuerdo bien que a mis alumnos les pedí paciencia, les dije 'chicos, cuando sea alcalde vamos a hacer algo mejor'. Y bueno, Dios me dio la oportunidad. Trabajé en conjunto con