En mayo se celebra el Día de la Madre y en ese mes se intensifica la prevención del cáncer de mama, que es una de las principales causas de muerte entre las mujeres. En junio es el Día del Padre y también se convierte en una época adecuada para hablar de la salud masculina y la necesidad de detectar a tiempo el cáncer de próstata, que marca altos índices de fallecimiento entre los hombres.

Las mamografías son la forma de parar a tiempo los problemas oncológicos femeninos, pero se postergan por la tendencia de ellas a dejar de lado su salud por otras prioridades. En el caso de las afecciones prostáticas, pesa un prejuicio social sobre los exámenes, ignorando que basta una muestra de sangre (antígeno prostático específico,PSA) para diagnósticos iniciales.

La semana pasada se conmemoró el día internacional para hablar de este tema y el llamado general para los varones, desde los 40 años de edad, es a no tener miedo o reticencia, porque la detección temprana incide directamente en las posibilidades de sanar. Si se demora, ellas disminuyen, porque se trata de una enfermedad silenciosa, cuyos síntomas suelen aparecer cuando ya es muy tarde.

De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, el cáncer de próstata tiene una incidencia de mortalidad nacional de 23,5 por cada mil habitantes y que hay más 8 mil hombre que se encuentran diagnosticados. A nivel mundial se estima que 1 de cada 8 tendrá esta afección a lo largo de su vida.

En Los Ríos la tasa de incidencia del cáncer en general es una de las mayores del país, llegando a 263,3 en el caso de los hombres, mientras que la nacional es de 226 cada mil habitantes. El sedentarismo, al alimentación poco saludable, alcoholismo y consumo de tabaco están entre las principales causas; todos factores que se puede controlar para evitar estas situaciones.

La Ley del Cáncer, aprobada en 2020 -aunque de difícil implementación, pandemia mediante- establece vías para educar al respecto; sin embargo, poco se puede hacer sin la conciencia colectiva al respecto.

Este domingo, cuando se festeje a los papás, sería bueno recordar este tema y regalar compañía para hacer exámenes preventivos. Ir con ellos. Eso les puede salvar la vida.

El debate en torno al autismo ha generado históricamente profundas controversias. En este terreno las distintas disciplinas (genética, neurociencias, psicología, psicopatología, psicoanálisis…) entran en tensión e incluso en conflicto, como haciendo eco a este trastorno caracterizado por el no reconocimiento de la existencia del otro.

El Autismo se define como la dificultad en la creación, instauración y representación de los vínculos que nos conectan con los demás. Pero el autismo es una especie de "vía final común" para la cual existen infinitas formas de llegar; existirán niños para los cuales las razones biológicas serán más fuertes que las medioambientales y viceversa.

Es por ello que no tiene sentido obsesionarse con "la causa"; más vale focalizarse en el desafío terapéutico, es decir, ocuparnos en realizar un diagnóstico precoz (primer año de vida) y preocuparnos por el sufrimiento mental de estos sujetos, lo que significa explorar su mundo interno, conocer la naturaleza de sus emociones y los mecanismos a los que recurren para protegerse de las fuertes angustias que experimentan.

En Chile el interés hacia el diagnóstico de los trastornos del espectro autista se ha expandido rápidamente, al igual que en muchos lugares del mundo. En Francia, luego de que el autismo fuera declarado gran causa nacional en el año 2010, la exposición mediática multiplicó las controversias y las polémicas se tornaron violentas.

¿Qué consecuencias podría tener en nuestro país este "protagonismo" del TEA que parece sobrepasar el campo de la salud y penetrar en el ámbito social? Para el tratamiento de los sujetos autistas no nos será útil movilizarnos en una "lucha" respecto a las posibles causas. Tampoco es efectivo extender excesivamente el espectro, olvidando que esta etiqueta abarca cuadros clínicos extremadamente diferentes y que esta suerte de "reducción" a un TEA opaca la particularidad de los sujetos.

Más allá de los diversos y disonantes enfoques, enfrentamos un importante desafío cultural.

Recordemos que la ONU establece que cualquiera sea la causa fisiológica de una discapacidad, los obstáculos que interpone la sociedad al acceso de las personas a sus derechos fundamentales, constituyen una parte importante de la misma discapacidad.

Psicóloga Consuelo Spencer